Hace mucho tiempo, en los bosques de Canadá, vivían un grupo de leñadores que trabajaban arduamente durante todo el año cortando árboles. Sin embargo, durante el período de Navidad, se encontraban lejos de sus hogares y familias, y ansiaban pasar tiempo con sus seres queridos.
Un año, mientras estaban reunidos alrededor del fuego y compartían historias, un leñador llamado Loup-Garou sugirió una idea audaz. Había oído hablar de un antiguo pacto con el diablo que permitía a los leñadores volar en una canoa mágica llamada "Chasse-Galerie" de regreso a sus hogares para celebrar la víspera de Año Nuevo y luego regresar al campamento antes de que amaneciera.
A pesar de las advertencias sobre las consecuencias de hacer tratos con el diablo, la tentación era demasiado fuerte para resistir. Los leñadores, agobiados por la nostalgia y el deseo de estar con sus seres queridos, decidieron embarcarse en esta peligrosa aventura.
Reunidos en la noche de Año Nuevo, los leñadores pronunciaron el conjuro acordado, y la canoa Chasse-Galerie se elevó en el aire, impulsada por poderes sobrenaturales. Volaron a través del cielo estrellado, guiados por la luna, mientras la risa y el júbilo llenaban el aire.
Sin embargo, el pacto tenía una condición: no debían mencionar el nombre de Dios ni tocar tierra sagrada durante su viaje. A medida que se acercaba el amanecer y la canoa se acercaba a su destino, los leñadores se dieron cuenta de que habían olvidado los detalles del pacto. Uno de ellos pronunció el nombre de Dios y, en ese instante, la canoa comenzó a tambalearse y perder el control.
Los leñadores se enfrentaron a un dilema: si tocaban tierra sagrada, estarían a salvo pero perderían sus almas; si no lo hacían, la canoa se estrellaría y morirían.
Desesperados, apelaron a la Virgen María para que los ayudara. Milagrosamente, la canoa aterrizó suavemente en el techo de una iglesia.
Los leñadores, arrepentidos y agradecidos por su salvación, juraron nunca más hacer tratos con el diablo. La historia de la Chasse-Galerie se convirtió en una advertencia sobre la tentación y las consecuencias de desafiar lo divino en busca de deseos terrenales.
Y así, la leyenda de la Venganza de Chasse-Galerie se ha transmitido a lo largo del tiempo, recordándonos la importancia de la prudencia y la moderación en nuestras aspiraciones.